¿Por qué los humanos no pueden oír los silbidos de los perros?

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Si no oye nada cuando suena el silbato de su perro, no lo retire y pida un reembolso; se supone que los humanos no deben escucharlo. Sin embargo, su perro puede hacerlo, y es debido a la construcción única del silbato y a su audición, que capta sonidos que nunca podría.

Cómo escuchan los perros

Los perros pueden captar una amplia gama de sonidos que los humanos simplemente no pueden. Esto se debe a cómo viajan las ondas sonoras. El tono de un sonido se mide en hercios: 1000 hercios es igual a un kilohercio. Cuanto menor sea el número, menor será el tono. Los humanos pueden detectar sonidos hasta alrededor de 23 kHz, pero los perros pueden escucharlos hasta alrededor de 45 kHz. Esto significa que cuando soplas con el silbido agudo de tu perro, él puede escucharlo, pero tus oídos simplemente no están hechos para hacer lo mismo.

Construcción de silbato

Estos silbidos están diseñados específicamente para que no puedas escucharlos, lo que los hace considerablemente menos irritantes cuando se usan como herramienta de entrenamiento. Un silbato en sí es relativamente simple: cuando soplas, crea ruido al permitir que el aire escape a través de una pequeña abertura. Cuanto más corto es el tubo, más alto es el tono, razón por la cual los silbidos de los perros son generalmente tan cortos.

Malestar por ruido fuerte

No creas que el sonido del silbato del perro no es un gran problema para tu perro solo porque no puedes oírlo. Como sentarse en la primera fila en un concierto de rock, si su perro está cerca de usted y usted hace sonar el silbato con demasiada fuerza, puede causarle malestar y dolor. Esté atento a la reacción de su perro al silbato y sople tan fuerte como sea necesario para llamar su atención. Soplarlo demasiado fuerte, según sus estándares, es contraproducente e incluso puede ganarse la atención no deseada de otros perros en los alrededores.

La ventaja del silbato

Los silbatos para perros son una herramienta de entrenamiento popular, y no solo porque los humanos no tienen que escucharlos soplar todo el tiempo. El silbato tiene la ventaja de sonar igual sin importar quién lo sople, y dado que los perros aprenden a través de la coherencia, esto es muy ventajoso. A diferencia de los comandos hablados, el silbato hace el mismo ruido agudo cada vez, por lo que entrenarlo para que responda a su sonido no conlleva el mismo margen de error. Es consistente y simple, lo que lo convierte en una útil ayuda para el entrenamiento, incluso si no puede escucharlo.

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