La tecnología médica siempre avanza, pero también los gérmenes. Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, comúnmente llamado MRSA, "murza" o "mursa", es un excelente ejemplo de este desafortunado principio. Esta cepa de bacterias es particularmente preocupante para los dueños de mascotas, ya que puede transmitirse a las personas desde perros y gatos. Afortunadamente, la enfermedad rara vez pasa de los animales a los humanos.
Origen de MRSA
Staphylococcus aureus es una bacteria común que vive en la piel de la mayoría de los humanos. Los adultos sanos rara vez se infectan con la enfermedad porque sus sistemas inmunológicos la combaten, según la Universidad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de Texas A&M. Dado que la bacteria es tan frecuente, con frecuencia se expone a medicamentos que las personas toman para otras infecciones. Esta exposición constante ayuda a las poblaciones de bacterias a desarrollar defensas contra los antibióticos. Las infecciones normales de estafilococos se eliminan por completo con medicamentos, pero las cepas resistentes a la meticilina no se ven afectadas por el tratamiento convencional. Los síntomas, la transmisión y la causa de MRSA son idénticos a los de la bacteria Staphylococcus aureus común.
Riesgo de salud
A pesar de su abundante presencia, MRSA no es una epidemia mundial. Es una enfermedad muy extendida y peligrosa, pero los adultos sanos son resistentes a ella. Sin embargo, las personas con un sistema inmunológico débil pueden enfermarse mucho. Los gatos también pueden infectarse con MRSA, pero la mayoría solo son portadores de la enfermedad y no muestran síntomas, según el Centro de Seguridad Alimentaria y Salud Pública de la Universidad Estatal de Iowa.
Transmisión
Tiene una mayor probabilidad de contraer una cepa resistente de MRSA en su comunidad que de su gato, según el sitio web de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell. Los gatos no portan naturalmente Staphylococcus aureus en la piel, pero pueden contraerlo de las personas o de su entorno. Puede contraer MRSA de su gatito tocando su piel, pero la bacteria no hace el salto fácilmente. La exposición prolongada o frecuente aumenta el riesgo de contraerla. De manera similar, los gatos pueden transmitir MRSA a otros animales después de un contacto frecuente o prolongado.
Prevención
Si un niño o una persona inmunodeprimida vive en su hogar, tome algunas medidas básicas para reducir el riesgo de transmisión de MRSA. Las personas en riesgo deben lavarse las manos con frecuencia durante el día y siempre lavarse después de tocar al gato. Incluso los adultos sanos deben cubrir las heridas abiertas con vendajes estériles para estar seguros. Los veterinarios pueden evaluar la presencia de MRSA en la piel de su gato tomando una pequeña muestra y solicitando una prueba de laboratorio.
