Las diferencias entre la triaditis y la enfermedad del hígado graso en los gatos

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El hígado, el sistema biliar y los procesos digestivos de su gato funcionan juntos para mantenerlo saludable, lo que dificulta saber cuál puede ser el problema si un sistema se descompone. La enfermedad del hígado graso y la triaditis producen síntomas similares en algunos casos, pero en última instancia son dos trastornos completamente separados.

Enfermedad del hígado graso

Es posible que la conozca como enfermedad del hígado graso, o es posible que la haya oído llamar por su otro nombre: lipidosis hepática. De cualquier manera, son malas noticias para tu gatito. El hígado es un órgano importante que mantiene vivo a tu gato. Es responsable de metabolizar grasas, carbohidratos y proteínas; produce sustancias para la coagulación de la sangre y filtra sustancias desagradables de la sangre. Cuando la lipidosis hepática es un problema, se acumula demasiada grasa en las células del hígado y esa grasa impide que el hígado funcione de manera eficiente o, en algunos casos, que no funcione.

Triaditis

A diferencia de la enfermedad del hígado graso, la triaditis no afecta solo a un órgano. Es un trastorno combinado que ocurre cuando un gatito tiene enfermedad del intestino irritable (EII), problemas con el sistema biliar y pancreatitis. La EII, como su nombre indica, causa problemas estomacales. Los glóbulos blancos inflamatorios responden de manera inapropiada al contenido normal del estómago o los intestinos del gatito. El pequeño cuerpo de un gato sano contiene un complejo sistema de conductos que transporta la bilis desde el hígado a la vesícula biliar y luego a los intestinos. Los trastornos biliares ocurren cuando ese sistema se descompone. El páncreas secreta insulina y enzimas pancreáticas para ayudar en la digestión, entre otras cosas. Las mismas enzimas que deberían ayudar al gato a activar el páncreas y comenzar a descomponerlo.

Causas

Desafortunadamente, los veterinarios aún no saben qué causa la enfermedad del hígado graso, aunque creen que el sobrepeso aumenta las probabilidades de que Kitty contraiga el problema. Con la triaditis, los gatos con cualquier trastorno de la trifecta tienen más probabilidades de sufrir los demás. La cirugía en los intestinos, la mala alimentación y las infecciones provocan pancreatitis. Al igual que la enfermedad del hígado graso, la causa de la EII aún no ha sido determinada por quienes lo conocen, o no lo saben, según sea el caso.

Síntomas

La enfermedad del hígado graso se manifiesta de formas alarmantes, como falta extrema de apetito, un tinte amarillo en los ojos del gatito, letargo, convulsiones, vómitos y babeo. A veces, hace que parezca que el gatito se está consumiendo debido a la pérdida de masa muscular. La triaditis se manifiesta de manera similar, pero trae consigo problemas adicionales, como diarrea, gases y esfuerzo en la caja de arena para producir heces con sangre o moco. En lugar de perder el apetito, es posible que tenga inusualmente hambre y tenga cuidado con la fiebre.

Tratamiento

Para la triaditis, pueden ayudar los medicamentos inmunosupresores, los antibióticos, la cirugía, los líquidos intravenosos, la retención de alimentos y agua y los medicamentos para combatir la inflamación. El tratamiento de la lipidosis hepática depende de cómo se manifieste la enfermedad. Un gatito enfermo puede necesitar una transfusión de sangre y medicamentos para aumentar su apetito y disminuir las náuseas. A largo plazo, el gatito enfermo necesitará una dieta especial para controlar su condición. Solo un veterinario puede diseñar un plan apropiado para el tratamiento de estas enfermedades, así que programe una cita lo antes posible si su gato muestra algún signo de enfermedad. Siempre consulte a un veterinario experimentado sobre la salud y el tratamiento de su mascota.

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