¿Ha tenido dolor de estómago y se ha sentido fatal? Imagínese si lo tuviera todo el tiempo; así es como se siente tu gato si sufre del síndrome del intestino irritable. Reconocer y tratar su SII es parte de su trabajo como su principal cuidador.
Paso 1
Esté atento a los episodios de diarrea, vómitos y pérdida de peso en su gato. Estos son los síntomas más comunes y generalmente provienen de la ansiedad o el estrés, según la Guía de salud del gato.
Paso 2
Descarte otras posibles causas visitando a su veterinario para pruebas que pueden incluir radiografías, análisis de sangre y análisis de orina. Varias otras enfermedades, como la enfermedad hepática y los parásitos, pueden causar los mismos síntomas que el IBS.
Paso 3
Determine qué desencadena un episodio. Por ejemplo, ¿comer cierto tipo de comida hace que a Fluffy le duela la barriga? A menudo, el estrés, como vivir con otros animales, es un desencadenante. Identificar las causas de los síntomas le ayuda a atacarlo de frente.
Paso 4
Elimine el factor de estrés que incomoda a su bebé. Si su dieta le causa molestias, cambie a un alimento diseñado para facilitar la digestión felina. Por ejemplo, una dieta hipoalergénica que incluya alimentos elaborados con ciervos o conejos puede solucionar sus problemas.
Paso 5
Trate las causas con medicamentos si su veterinario determina que se deben a inflamación o bacterias. Generalmente, su veterinario le receta esteroides o antibióticos para este tipo de IBS. Además, los remedios naturales, como las vitaminas o los suplementos dietéticos, pueden revivir los síntomas.