El aspecto de las bayas de acebo puede agregar una sensación cálida y festiva a cualquier entorno, pero eso no significa que las cosas de color rojo brillante sean inocuas para tu gatito. En realidad, estas bayas son tóxicas tanto para gatos como para perros, y pueden provocar una serie de síntomas desagradables.
Saponinas
Las plantas de acebo contienen saponinas, que son glucósidos venenosos. Estas saponinas no solo están presentes en las bayas de las plantas de acebo, sino que también están presentes en el follaje y en otras partes. Si su gatito, por cualquier motivo, ingiere cualquier parte de una planta de acebo, incluidas las bayas, la atención veterinaria inmediata es esencial.
Dolor de barriga
Si su precioso gato consume la más mínima cantidad de bayas de acebo, esté atento a cualquier indicio de malestar estomacal. Un gato que come bayas de acebo puede experimentar vómitos y diarrea después, así que tome nota de cualquier signo de malestar relacionado con la barriga, incluso encorvado debido al dolor de estómago. Estos síntomas son especialmente frecuentes en gatos que comen porciones significativas de bayas de acebo.
Pérdida de apetito
Cuando un felino generalmente feliz con la comida, de repente, está tan interesado en sus comidas como en la biología molecular, por ejemplo, entonces generalmente significa que algo está pasando. Si nota que su gato curiosamente no parece tener apetito, el consumo de bayas de acebo y la toxicidad pueden ser la causa.
Consumo de follaje
Si su gato comió algunas bayas de acebo, es muy probable que también se haya puesto la boca en parte del follaje que lo acompaña. Debido a esa posibilidad, es importante estar alerta a los signos clave del consumo de hojas. El follaje de las plantas de acebo es muy espinoso y puede provocar una variedad de efectos nocivos. Algunos gatos pueden experimentar temblores en la cabeza después de comer hojas de acebo. No ignore este síntoma potencialmente muy peligroso. Incluso si el temblor no está relacionado con la planta, puede ser un signo de una variedad de dolencias y problemas médicos, como los ácaros del oído, por ejemplo. Las hojas también pueden desencadenar una salivación excesiva y un chasquido repetitivo de los labios en los gatos.
