Si sus dos perros se ven involucrados repentinamente en una guerra total, podría ser el momento de actuar como árbitro. Olvídese del castigo físico, pero utilice siempre un firme "¡No!" o "¡perros malos!" justo después de que termine la pelea. Hacerles saber a los perros que no estás contento demostrará que no lo apruebas.
Paso 1
Olvídese de la palabra "castigo" y piense en términos de "disciplina". Eso significa disciplinar a los dos perros involucrados en la pelea, independientemente de quién la haya iniciado. Disciplina solo a un perro y de repente tienes un animal resentido listo para hacer que alguien, que terminará siendo el perro más débil, pague por su castigo.
Paso 2
Seleccione un "rincón de perro malo" al que irán los perros después de hacer algo inaceptable, como pelear. Esto podría ser dos habitaciones separadas donde puedes poner a los perros y cerrar la puerta. O podrían ser perreras o jaulas donde puedes encerrar a los animales hasta que se calmen. Solo unos minutos deberían ser suficientes, a menos que vuelvan a pelear cuando abras las puertas. En ese caso, alargue su tiempo "en prisión".
Paso 3
Quita el motivo de la pelea. Si la pelea es por un juguete que rechina, recógelo y deja que los perros te vean guardarlo. Esto les muestra que, en última instancia, el juguete es tuyo y que la pelea fue inútil. Esto ayuda a establecer su posición como "perro superior" y, con el tiempo, ayuda a controlar el dominio y los instintos de lucha.