Trastornos digestivos en perros boxer

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i perro - imagen del boxeador de Vasiliy Koval de Fotolia.com

El boxeador tiene una personalidad adorable acompañada de luchas con el tracto digestivo. Es una versión canina de ese tío mayor que eructa por ambos lados en las reuniones familiares y termina tomando una siesta después de una comida. Alimentar a los boxeadores con comidas pequeñas que les den mucho tiempo digestivo ayuda a frenar los problemas.

Hinchazón / torsión gástrica

La hinchazón, un atrapamiento de los gases producidos durante el proceso digestivo, es una dolencia muy común en los boxeadores. Los síntomas incluyen algunas molestias menores y una sensación de plenitud acompañada de una falta de energía similar a la que experimenta un ser humano cuando ha comido demasiado. Cuando estos gases digestivos no salen correctamente del sistema del perro, pueden hacer que el estómago aumente de tamaño. Algunos casos de hinchazón se resuelven rápidamente cuando el perro expulsa gases y se convierte en el blanco de chistes apestosos. Sin embargo, en situaciones más peligrosas, la vida del perro puede estar en peligro a medida que se desarrolla una condición mortal conocida como torsión gástrica. Esto es cuando el estómago del perro se ha agrandado significativamente y realmente se ha volteado. Esta acción corta completamente la ruta de escape de los gases, así como el flujo de sangre al estómago. El perro experimenta dolor intenso e hinchazón abdominal. Se requiere intervención quirúrgica inmediata.

Extensión de estómago

En términos veterinarios, esto se conoce como estenosis pilórica. Es una afección potencialmente mortal asociada con los perros boxer. En este trastorno, el píloro o la abertura entre el estómago y la pequeña intensidad sobresale más allá de su límite conectivo habitual. Esto evita el depósito apropiado de alimentos procesados ​​en el intestino delgado. También requiere atención veterinaria inmediata para corregirlo.

Intestino inflamado

Conocida por los profesionales veterinarios como colitis ulcerrativa histiocítica, esta es una de las dolencias del tracto digestivo más dolorosas que experimentan con demasiada frecuencia los perros boxer. Es similar a la enfermedad inflamatoria intestinal en humanos. Las bacterias inflamatorias atacan el revestimiento del sistema digestivo del perro, a menudo dejando una serie de llagas que nunca se curan por completo y se irritan fácilmente. El malestar estomacal y el malestar general se producen después de comer, cuando se producen los jugos gástricos. Otros síntomas incluyen diarrea crónica, vómitos y pérdida de peso. Una combinación de medicamentos destinados a reducir la inflamación, así como cambios en la dieta, pueden ayudar a controlar esta enfermedad. Sin embargo, una vez desarrollado, un boxeador sigue siendo propenso a este tipo de malestar estomacal y requerirá un control regular.

Pancreatitis

Se trata de una inflamación del páncreas en la que las enzimas digestivas producidas por el páncreas son contraproducentes y atacan al propio órgano. Las mismas enzimas que normalmente descomponen los alimentos comienzan a digerir el tejido pancreático y el tejido de otros órganos cercanos. Es un trastorno extremadamente doloroso que pone en peligro la vida de manera crítica y requiere una intervención veterinaria inmediata e intensa. El perro debe dejar de comer y beber y administrarle líquidos por vía intravenosa para mantener los niveles de electrolitos y potasio, mientras que el páncreas se ve obligado a descansar de cualquier actividad digestiva.

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Ver el vídeo: Problemas gastrointestinales en los perros (Mayo 2024).

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